sábado, 29 de marzo de 2008

Rutina, rutina y más rutina

Instalado en la mediocridad, vivo el paso aburrido y predecible de los días, voy del trabajo sin trabajo de las mañanas a la compañía necesaria de mis padres por las tardes, de la desidia a la tristeza, de la abulia al desánimo.

Es un poco absurdo la carrera que me pego para llegar a tiempo a la faena para luego pasarme las horas esperando el momento de la salida. Resulta descorazonador el hecho de que no haya ni unos objetivos ni un programa de trabajo para un desempeño eficaz y eficiente de los servicios públicos que deberíamos prestar.

El jueves me toca pelear con las miserias de la comunidad de propietarios. Será la hora de un ejercicio práctico de dignidad y paciencia.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Alborada de la primavera

Cumplido el trámite de la oposición, las consecuencias emocionales son dispares, o, como se suele decir, no hay feria mala. Me ha dolido mucho la caída de una buena persona y excelente profesional, sentimiento compensado de algún modo por el éxito de personas que aprecio.

Se suceden las reuniones preparatorias y las actividades del congreso se van definiendo poco a poco: el texto del catálogo, las fotos para el logotipo y la exposición, las invitaciones, etc. Hasta he llegado a pedir hora en la peluquería para corte de pelo y barba y arreglo de manos. No me conozco.

Cuatro años más de Zapatero, bronca y crispación. Parece que los hijos de la noche sean más hábiles que los hijos de la luz.

Los ejercicios de estadística como trabajo diario son algo muy aburrido y cargante, pero estoy obligado a pasar por ellos.

Esta primavera que empieza con tracas y poniente va a ser muy movida: en mayo congreso y examen, en junio conferencia y probablemente en julio clases en un curso de verano.