sábado, 20 de octubre de 2007

Seis semanas (II)

En la nota de esta mañana he dejado dos cuestiones en el tintero. La primera es el retorno de las goteras después de un par de años de tranquilidad. Es algo que me enfrenta a una doble limitación psicológica: 1ª) la imposibilidad de luchar contra las prácticas sociales establecidas para conseguir que las reparaciones se realicen con diligencia. La frialdad del administrador me pone furioso y a la vez me admira, y 2ª) la necesidad de darle a este problema su justa dimensión en comparación con las desgracias reales de la vida.

La segunda cuestión es que parece que me he librado de los tribunales. Ya era hora de que las suplencias hicieran honor a su nombre y a su significado. Voy a estar más horas atado a la mesa y a la rutina del curro pero seguir en los tribunales era una fuente de tensiones y riesgos innecesarios además de una situación muy probablemente recurrible.

Seis semanas

En estos días de diluvios se han amontonado las vivencias. La salud, o más exactamente su falta, ha reclamado un lugar primordial en la escala de sucesos. La sensación de que el cuerpo se queda vacío entre convulsiones y mojado de tanto sudar resulta angustiosa cuando estás tumbado en el suelo del retrete. Como método de adelgazamiento no funciona ni es recomendable.

La primera impresión sobre las clases de estadística es muy positiva, espero y deseo que se confirme en las sesiones de los jueves que voy a tener este curso. Se disiparían los temores sobre esta asignatura que van a cumplir veinte años. Hay que ver cómo te ayuda una exposición sencilla, clara, directa y cercana a los oyentes.