lunes, 2 de junio de 2008

A las puertas del verano

Se acabó el congreso con felicitaciones que consiguieron emocionarme más de lo que me esperaba, con intervenciones magníficas y apasionadas de profesores convencidos del mensaje que presentaban y con un gran agotamiento psicológico del que me costó tres días recuperarme. Ahora solamente falta que esta semilla rinda frutos de nuevas investigaciones. Hay que dar vida a la biblioteca por esta senda cercana a la universidad.

El examen de "Estadística Aplicada" en pupitres nuevos me dejó instalado en la duda, propia de mi personalidad de estudiante construida en casi cincuenta años. Sería maravilloso cerrar esta segunda carrera universitaria. No van a desaparecer las amarguras y sinsabores de cada día, pero si la pantalla me da la grata nueva voy a ser más o menos feliz por unas horas.

La casa es como un organismo vivo. Con los años hacen falta las reparaciones y la paciencia para sobrellevar estas pequeñas cosas. Armarios, persianas, puertas, marcos de ventanas, manivelas y cortinas parece que en ocasiones se ponen de acuerdo para dar faena. Como siempre digo, ¡que todos los problemas sean estos!