Vuelvo a escribir en el espejo después de casi dos meses en blanco, y me sorprendo por la cantidad de cambios que he vivido. El golpe de una muerte muy cercana te remueve las prioridades habituales y cotidianas con una nueva perspectiva que abre la sensibilidad y desata las emociones para apreciar a los seres queridos que se crecen ante la adversidad.
En el trabajo se abre una nueva frontera de creación y análisis de algunos fondos de la colección para las actividades sobre Lapesa y el rey Jaime I pero no quiero ilusionarme porque los problemas de fondo permanecen.
La pérdida de la conexión a Internet durante tres semanas se ha convertido casi en un trauma, símbolo de los nuevos tiempos y de la fuerza adquirida por revolución en las formas de relacionarse y de ocupar el ocio.
sábado, 19 de enero de 2008
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